Los osteópatas tratamos con el dolor cada día. El dolor es una señal de aviso de que algo no va bien: es un mecanismo de defensa del cuerpo para avisar de que hay un problema. Pero también hace que el cuerpo pare para evitar daños mayores; es un semáforo en rojo. Los osteópatas diagnosticamos la causa del dolor y tratamos de rebajar el nivel de dolor y de sufrimiento. Ayudamos a reducir la inflamación del tejido con diferentes técnicas, desde el masaje de los músculos y tejidos conectivos a la manipulación de las articulaciones. Esto ayuda a disminuir la contractura y espasmo muscular y a mejorar la movilidad, contribuyendo a crear un estado más saludable en el que los tejidos dañados puedan sanar.

La osteopatía es más conocida por el tratamiento del dolor de espalda o cuello, pero puede ser también efectiva como tratamiento de otro tipo de síntomas como:

• Dolores de cabeza y migrañas

• Estrés y sus consecuencias: cansancio, dificultades de sueño

• Problemas funcionales del aparato digestivo

• Artrosis y otros procesos degenerativos

• Trastornos y problemas respiratorios: bronquitis, asma, enfisema, sinusitis, etc.